marzo 9, 2016 Marieta 0Comment

Pompeya, ciudad de la antigua Roma, quedó sepultada por la gran erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Hoy en día, las ruinas de Pompeya componen el mejor museo para contemplar los restos de esta ciudad, gracias al buen estado de conservación de los edificios, elementos decorativos y, lo más impactante, incluso permanecen restos de personas que padecieron la furia del volcán. Una propuesta obligada para todo el que se acerque a la moderna Nápoles. En Pompeya podrás descubrir cómo vivían los romanos en su día a día, a través de templos, la basílica, el foro, las termas, así como algunas de las casas más lujosas.

Las ruinas ocupan una extensión de 66 hectáreas, por lo que es importante establecer el recorrido con antelación. No puedes perderte los siguientes enclaves: En primer lugar, el foro, donde se celebraba gran parte de la vida religiosa, política y social; el Templo de Apolo, muy cerca del foro y que conserva una columna jónica con un reloj solar sobre ella evocando a Apolo, dios de Sol; El Teatro Grande y Piccolo; El Orto dei Fuggiaschi, un huerto que conserva los moldes de cadáveres de personas que intentaron escaparse del Vesubio; el lumpabar, la casa de citas de la urbe; o las termas Stabiene, en perfecto estado de conservación.

También te proponemos varias casas que no puedes perderte, como La Villa de los Misterios, dónde se encuentran unos frescos pompeyanos espectaculares; la casa de Octavius Quartio un ejemplo de pequeña villa romana o la casa de la Venus.